martes, 26 de febrero de 2013

Rca. Argentina y Mcal López


El otro día me puse a observar a la gente que, una vez la dura jornada laboral acabada, intentaba llegar a su refugio para buscar un poco de paz. Mirando los rostros, -algunos con marcas duras que deja la vida con el pasar del tiempo, otros con la mirada indiferente al horizonte intentando demostrar indiferencia al calor asunceno que siempre golpea fuerte- me puse a pensar en la cantidad de historias que uno cruza diariamente en las calles. Los paraguayos intentamos lidiar con todos los trajines del cotidiano que te ofrece un país en vía de desarrollo y casi siempre perdemos esa batalla. Al parecer, nuestra única defensa para sobrevivir a esta jungla es levantar un muro invisible que nos rodee: el individualismo

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